viernes, 23 de abril de 2010

EDITORIAL

El Esclavismo de los Niños

Tuvo que haber un paro minero con 6 muertos para que el Perú, voltease la mirada hacia uno de los dramas que ocurren desde mitades del Siglo XX hasta el día de hoy, dignos de las épocas del esclavismo romano, aunque ni siquiera los romanos se atrevieron a tanto. Quizá los tiempos más salvajes sean comparativos a lo que ocurre en Puerto Maldonado: La salvaje esclavitud sexual de niñas y el incalificable trabajo de los niños en los lavaderos de Madre de Dios.
Y es que es así este centralismo, asfixiantes, demoledor y salvaje por el que estamos atravesando. Mientras que Lima avanza raudamente hacia la modernidad con los impuestos que todos los peruanos pagamos, los denominados pueblos del interior del país se sumen en un retrazo sin nombre, y se convierten en pueblos sin ley que funcionan con relaciones económicas salvajes, esclavistas.
Estos pueblos no conocen la modernidad, y en otros casos otros grandes empresarios mafiosos (felizmente son pocos) provocan que antes que uno avancen se retroceda, y para obtener jugosas ganancias no les importa hacer lo que sea como por ejemplo socapar un proxenetismo inhumano que lleva a niñas entre los 10 y 14 años a prostituirse inmisericorde, y a niños entre los 8 y 14 años a realizar trabajos que finalmente los envenena y terminan con su vida.
Este tipo de democracia no es la que quiere el pueblo peruano y creemos que en esta semana todos lo hemos entendido así.
Los mineros informales no quieren seguir siendo espectadores de tan tremenda realidad y por eso exigen atención. El estado no puede seguir mostrando la indiferencia punible con que desarrolla sus actividades.
Es hora de acabar con este salvajismo, poner a buen recaudo a los que propician y han consentido semejantes aberraciones, u terminar con el centralismo asfixiante que ningún peruano del interior del país puede seguir soportando.

No hay comentarios:

Publicar un comentario