LUCHA CONTRA LA CORRUPCIÓN
Este no es un slogan. Ni con este título pueden
levantarse banderas falsas, y ponerse cortinas de humo sobre lo que realmente
debe ser una tarea constante de un estado que se jacta de ser demócrata y
libre.
La corrupción se lleva miles de millones de dólares cada
año, de las arcas del Estado. Con esas cifras, cuantos hospitales, colegios,
centros de trabajo, industrias y otros podríamos construir o invertir en ellos,
generando miles de puestos de trabajo, directos e indirectos que constituirían
una verdadera inclusión social.
Y es que la corrupción es la mayor enemiga de los pobres.
Porque con ella se va la esperanza de un crecimiento que los favorezca. La
corrupción se lleva las expectativas del país. Se lleva las posibilidades de un
auténtico desarrollo.
Por eso es que en todos los países democráticos hay una
institución encargada de luchar contra la corrupción, y en nuestro país se
llama Contraloría General de la República.
Por eso es inadmisible que se produzca un escándalo de
corrupción en medio de esta institución cuyos principios y valores deben ser
los máximos ejemplos en el Perú.
Esto es lo que nos motiva a decir que aquí no se puede
hablar de unos responsables de medio nivel. El gran responsable es el Contralor,
y el debe asumir su responsabilidad.
El congreso que ya
lo ha citado, así lo tiene que interpretar.
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